¿Lima la horrible?
Cuando Salazar Bondy tildó hace casi cincuenta años a Lima de horrible , no sabía lo que le esperaba. Todavía Castañeda Lossio no había convertido una vía expresa exactamente en lo contrario al quitarle varios carriles para hacer circular unos autobuses que no acaban de llegar de Corea, o de donde diablos estén, ni la entrada oeste a la ciudad llevaba un año obstruida por unas obras en Grau que nadie sabe cuándo acabarán. Cuando Julio me dijo que necesitaba dos horas para ir a Breña, yo creí que se refería a una localidad lejana, no al mismo centro de Lima, donde tuve que ir yo -y tardar las dos horas- para que me colocaran un sello en Migraciones. De levantarse en estos días Salazar Bondy de la tumba, volvería sin remilgos de nuevo a ella: en los años cincuenta, la avenida Arequipa, desde Javier Prado hasta el óvalo Miraflores, era la avenida Arequipa, ese paseo entre noble y adusto bordeado de casonas, muchas de ellas ahora sacrificadas para construir moles, verdaderos ejemplos de f