La misteriosa cuarta mitad del Bar Retro
El título se lo puso Andrés cuando vino a tomar un café al Bar Retro y yo me pedí mi tradicional sándwich mixto de jamón y queso con ese café con leche que sirven donde la espuma de la leche rebosa y no deja lugar para el café. Ya lo había hecho notar Decio unas semanas atrás: los sándwiches mixtos del Retro tienen algo especial. Aun cuando, al menos eso creemos, se trata de dos piezas cortadas por la mitad, es decir, cuatro mitades, sólo sirven tres. ¿Dónde está, por lo tanto, la cuarta mitad?
Hay misterios que no creo que valga la pena desvelar. El Bar Retro tiene varios de ellos. El nombre del bar se lo puso Lizbeth hace ya algunos meses, y hace alusión a la sensación años cincuenta que impresiona a uno cuando ingresa en el local: las señoras de peinados altos tomando su batido de chocolate, las camareras con uniformes de museo de la Modernidad, los baños con impecables grifos de rosca y, especialmente, la mesa serpenteante en la que se come mirándole a los ojos al desconocido de enfrente. Le falta la música de Buddy Holly emitiéndose desde una rockola y algunos jovencitos con tupé alto comiendo helado con frutas.
Como decía, al Bar Retro no le faltan misterios. El más oscuro es sin duda cómo ha conseguido permanecer inmutable durante décadas, sin cambiar nada, vencer a los obstáculos de la globalización y a la cultura de la tropiburguer, y preservarse en una de las zonas coloniales de Quito, cerca de la Plaza Grande y a unas calles del Teatro Nacional Sucre. El secreto más emocionante es de dónde salen las señoras de edad elevada que desayunan puntualmente y enjoyadas en el Bar Retro cada día, vestidas para la oportunidad, y que nadie nunca las ha visto entrar ni salir. Pero a mí el misterio que más me gustaría descubrir es dónde van a parar las cuartas mitades de los sándwiches de jamón y queso. ¿Se los come el cocinero cada vez que cocina uno? ¿Los va coleccionando y cada tres partes saca un sándwich nuevo? ¿Los echa al perro? Quizás, sencillamente, no existen.
Así que no seré yo quien averigüe dónde va a parar la cuarta mitad del sándwich mixto, no sea que no se sepa nada más de mí. No obstante, se aceptan ideas (y valientes).
Comentarios
Así es amigo Rubén, hay cosas en está vida o en las vidas Pasadas y Futuras de las cuales es mejor no saberlas. Ha no ser que sea para usarlas como hace el profesor y Doctor Brian Weiss que las emplea con sus pacientes para uyudarles a recordar cosas de sus vidad, para ayudarles a superar problemas y vivir tranquilos en la vida que tienen o en la que está vivivendo ahora; como el caso de Katerin su paciente MÄS EJEMPLAR y con la cual se ha hecho famoso... En fin A Katerin le ha servido saber todo hacerca de sus vidas y ahora gosa de una vida maravillosa. Per, será qué a nosotros nos ocurrira lo mismo si sabemos de lo que tenemos que saber acerca de nosotros o de alguien, es como la cuarta parte del " PAN " donde está.......
Es mejor que no lo averigues hasta que llegue su momento de saberlo.
Fernando Páez.