2016 razones para coincidir con el COI

Si existe una organización aún menos democrática que Naciones Unidas es el Comité Olímpico Internacional, herencia del gran espíritu aristócrata de Coubertain, compuesto por unos señores que nadie sabe de dónde aparecen ni quién los elige. Ni siquiera los wikis; o sea, lo dicho, nadie. Un auténtico misterio que gestiona miles de millones de euros entre derechos, himnos, banderas y símbolos. Eso sí es un negocio y no las miserias de las fotocopiadoras que cobra la SGAE.

Nunca creí coincidir con el COI en nada hasta su última decisión. Ver al Rey Juan Carlos de Borbón -el máximo representante de las relaciones internacionales españolas que, como a los del COI, nadie nunca ha elegido- paseándose entre sus amigos de viajes y barcos, y el desfile de deportistas de élite -más de la mitad del presupuesto estatal en deporte-, alcaldes, presidentes del gobierno, presidentes de la oposición, etc., me causó profunda tristeza. Pensé que con Obama en las cercanías y Zapatero rondando los señores del COI acabarían decidiéndose por Chicago o por Madrid. Lula, al fin y al cabo, era más una promesa que una realidad. Hace unos meses, en Río, pude comprobar como ni los mismos cariocas pensaban que se les daría la oportunidad de celebrar unos juegos olímpicos. La ciudad maravillosa no está preparada, decían, y hay muchos intereses en contra.

Pero me sorprendió gratamente la decisión de los comerciantes olímpicos. Al igual que Andrés (vean sus acertados comentarios en mi blog recomendado) yo también me quedaría mil veces antes con Río que con cualquier otra ciudad candidata, y esto incluye, desde luego, Madrid. Por el precio de cuatro quisquillas y un plato de calamares a la romana en las cercanías de la Gran Vía, en Leme, al norte de Copacabana, pueden ustedes hartarse de marisco hasta decir basta, lo que incluye ostras frescas, langosta, cangrejos, y todo pescado imaginable del Atlántico. Los plásticos y basuras varias en las estaciones de metro madrileñas pueden cambiarlas por la subida a Santa Teresa cerro arriba con el siempre repleto bondinho, ese trenecito encantador que con certeza no pasaría ninguna medida de seguridad homologada en Europa; pero en Río esos detalles parecen menos importantes. Una vez en la cima del morro pueden escuchar las melodías de Elis Regina en la voz, siempre suave, de cualquier aficionado a la bossa nova, ente paredes viejas y pintadas de colores. El gin tonic en los intentos de botellón de la calle Huertas no aguantan comparación alguna con la caipirinha agridulce en cualquiera de los quiosquitos de Copacabana, frente al bairro Peixoto, o en Arpoador, cerca Ipanema. Los semáforos son para los peatones en la avenida Atlántica cuando los domingos se cierra al tráfico, y cariocas y turistas se mezclan en un paseo interminable, junto a la espuma de la playa, que sabe a agua de coco y huele a piel soleada. Las relucientes aceras madrileñas, cambiadas cada pocos años, palidecen al lado de las sinuosas líneas de Niemeyer, que mantenidas durante décadas han hecho del reflejo de Copacabana la inspiración de los paseos de playa que se precien de serlo. En fin, hay que decirlo, haría falta mucha imaginación para que un cantautor inspirado dedicara una pieza a la T4; poco tendría que ver con la magistral Samba do Aviao que compuso Tom Jobim para el aeropuerto de Galeao, aquel samba que comienza susurrando minha alma canta, vejo o Rio de Janeiro, estou morrendo de saudade.... (http://www.youtube.com/watch?v=W8a0-yEY9gs). 2016 razones o más: la tranquilidad de Urca, las noches de Ipanema, las sorpresas del centro, las vistas a la bahía de Guanabara, la música en los arcos de Lapa...

Así que, sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con los señores de Lausana, y alabo su buen gusto. Si continúan buscando ese tipo de aciertos, déjenme que de cara a los siguientes juegos les recomiende una ciudad africana que sería una perfecta candidata: Marrakech. Aunque esa sugestión necesitará ser explicada en otro momento.

Comentarios

MEVAR ha dicho que…
!Huy!, hay muchos motivos por los que personalmente me alegro de la elección, sólo espero que Río se haga con los juegos y no sean los juegos los que se hagan con Río.

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