No todos los días se cumplen cuarenta años
Y yo tampoco lo hice ese día, pero ya voy en camino. De todas formas, si mi cumpleaños es con Ángela, con Katushka y con Fabiola, cumplir cuarenta, cincuenta o sesenta no parecerá tan grave. Ya sé lo que no faltará: no faltará un buen plato de pescado, -en este caso róbalo sudado con chupe de camarones- bañado con vino blanco bien frío; no faltará una noche apacible en Lima (noviembre ya es casi verano), con suave brisa del oeste, y no faltará el mar. No faltarán pisco souers, ni maracuyá souers, aunque dos de cuatro tengan que pasar el día siguiente en la cama. No faltará una buena conversación sobre el presente, el pasado y el futuro y, especialmente, no faltarán amigas como ellas. También sé lo que no tendremos: no estará Cala, porque han perdido el litigio contra la Municipalidad, y posiblemente desaparezca esta oportunidad de cenar al alcance de las olas.
Es mi segundo cumpleaños en Lima, y a Ángela le debo haberme mantenido derecho en las dos ocasiones a pesar de los rones y de los piscos. El primero, hace algunos años ya, fue particularmente audaz, porque acabamos con Manolo y Ramón cantando la Internacional entre la atónita mirada de los incrédulos que esperaban cualquier otra cosa. En esta ocasión, la cosa fue más inquieta. El canto socialista fue sustituido por una conversación sobre medidas, gustos y costumbres que mejor dejo para el recuerdo, no sea que me censuren el blog. Ya saben: maracuyá souer, chicas y mar, la mejor combinación.
La próxima será con Marisa Monte.
Es mi segundo cumpleaños en Lima, y a Ángela le debo haberme mantenido derecho en las dos ocasiones a pesar de los rones y de los piscos. El primero, hace algunos años ya, fue particularmente audaz, porque acabamos con Manolo y Ramón cantando la Internacional entre la atónita mirada de los incrédulos que esperaban cualquier otra cosa. En esta ocasión, la cosa fue más inquieta. El canto socialista fue sustituido por una conversación sobre medidas, gustos y costumbres que mejor dejo para el recuerdo, no sea que me censuren el blog. Ya saben: maracuyá souer, chicas y mar, la mejor combinación.
La próxima será con Marisa Monte.
Comentarios
El mar fue testigo mudo de una noche Lúdica e intensa de risas y desnudamientos...
Siempre digo que hay distintos tipo de amigos, todos amados, todos y cada uno de ellos, fundamentales para transitar la vida, no con todos los amigos hacemos lo mismo, con algunos nos sentamos largas horas frente un café, con otros compartimos una divertida cena, otros nos enriquecen profundamente con sus palabras, nos enseñan con sus ejemplos de vida, o nos hacen ser mejores. Pero lo más importante desde mi punto de vista, es que a veces encontramos personas que nos hacen sentir que todos somos seres de un ala, y que al encontrar a esa persona, hallamos la forma de volar unidos.